Hace unos años, la revista Popular 1 realizó una lista en la que se hablaba de los villanos de comic favoritos de la redacción.
Entre ellos figuran Galactus y el Ozzymandias de Watchmen... ambos casos podrían dar que hablar largo y tendido sobre si merecen o no estar en dicha lista y si se les puede considerar "villanos"... pero eso daría para otro debate o artículo.
Hoy hablaré del villano que salió como número 1 en aquella lista.
Hoy hablaré del Joker.
Lo cierto es que no recuerdo los motivos que esgrimían los redactores para colocar al Joker ahí. Mejor. No voy a rebuscar ahora en las estanterías, y al fin y al cabo estoy aquí para decir mi opinión, no la de otros.
Si Rust Cohle, de True Detective, representa el nihilismo, el Joker representa la parafísica, aquello en lo que toda excepción se convierte en regla... o al menos es lo que más de un lector cree.
Yo voy más allá: el Joker es, efectivamente, el villano de comic por antonomasia. Pero, ¿por qué?
Yo os diré por qué: porque es lo más humano que existe de entre los villanos de comic.
El Joker es el Hannibal Lecter del comic: es muy inteligente, pero ahí se acaba todo... lo que él quiere es DEMOSTRAR su inteligencia, o, más bien, demostrar que es distinto a los demás.
Algo muy humano en este mundo de gente no tan aborregada como se cree: personas que, en algún factor vital, buscan su camino. Y que a veces lo encuentran.
El Joker sigue buscando. Como David Bowie, pero sin cambiarse de maquillaje. Haciéndonos creer que se ha encontrado. Y no es así.
Lo del Joker es la chulería y egocentrismo del que se sabe solo.
Y me da pena.
Little White
